María de la misión y del camino
María de la misión y del camino
que llevaste a la casita de Isabel la alegría y la ayuda
y a los campos de Belén la Luz del mundo.
Gracias por haber sido misionera.
Por haber acompañado a Jesús en los momentos difíciles,
cuando nadie le entendía, cuando todos le abandonaron,
cuando murió crucificado.
Gracias porque acompañaste a los discípulos en Pentecostés,
cuando recibieron la fuerza del Espíritu que hizo nacer la Iglesia.
María de la misión, también nosotros queremos vivir,
en lo que podemos, siendo misioneros.
Queremos aunciar la Buena Noticia de Jesús,
hablar de ella con todo el que encontramos en nuestro camino,
acompañar al que se siente solo, animar al triste,
ayudar al que necesita que le echemos una mano.
María, de la misión y del camino,
acompáñanos, camina con nosotros.