…y nos bendijo con su lluvia de rosas.
El Monasterio de la Santísima Trinidad en San Fernando se quedó pequeño para acoger a cuantos queríamos celebrar a la patrona de las misiones, santa Teresita del Niño Jesús.
Empieza el mes misionero por excelencia «con sencillez, pero intenso».
Las Vísperas preparadas por las Hermanas Carmelitas Descalzas, fueron lentamente saboreadas por los asistentes. Tras la Lectura breve, p. Juan nos introdujo en la figura de la santa. A destacar el sentido de universalidad que como adelanto a su tiempo mostró en su vida. Y las Hermanas, una vez acaba la liturgia, acabaron por describirnos ante quien nos encontrábamos y, por qué, no habiendo realizado nada extraordinario en su vida, seguía llamando a tantas mujeres y hombres de fe, hacia el Señor.
Con la bendición de las rosas, momento emotivo, y el encuentro personal con las Hermanas, se puso colofón a una tarde hermosa para el alma.