Eucaristía de Envío, José Luis a Camerún
El pasado sábado, 11 de febrero, celebramos una eucaristía de envío por José Luis Cabilla y la misión en Camerún.
En su destino, la evangelización y su profesión irán de la mano, al ir a la misión de las Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón (ACI), en Bikop, donde también tienen un dispensario médico.
José Luis irá desde Chiclana (España) a Bikop (Camerún). Cerca de seis mil kilómetros, lo separan actualmente de la misión a la que se siente llamado. Se estima una población de 20.000 personas, y está situada al sur, a unos 15 kilómetros de Yaundé (Capital de Camerún). Pero el dispensario médico, da servicio a la población de unos 70 kilómetros a la redonda. Allí le esperará la comunidad de Esclavas, especialmente, Isabel, misionera gaditana.
Permanecerá un mes, en este primer contacto, en la misión, a disposición de la Iglesia local y, del proyecto de las Esclavas (ACI) en particular. Además de la Cruz de Envío, lleva en su mochila medicinas que nos han solicitado desde allí, y gentilmente, nos han regalado nuestros hermanos de la delegación de misiones de Córdoba.
En la Eucaristía de Envío, el Pbro. Alberto -Agustino Recoleto, presidió la misma, que fue concelebrada, por el Pbro. Pedro Pablo, Arcipreste. Le impuso las manos, bendiciéndolo y preparándolo espiritualmente.
También bendijo la Cruz, del papa Francisco, y se la puso al cuello, tras lo que José Luis, la besó.
Fue felicitado, en ese momento, por ambos presbíteros, y el director diocesano de misiones. Se acercó a las hermanas muy emocionado.
La ceremonia fue bellamente armonizada con los cantos del grupo Joven, del Monasterio.
Las Hermanas Agustinas Recoletas, además, cantaron el Salmo, y mostraron su complicidad con José Luis, en todo momento. Fue hermosa y muy sentido, el momento de la foto con las hermanas, y su familia.
El acto, como no podía ser de otra manera, acabó en la estatua dedicada al Hermano Pedro Manuel Salado de Alba, que está situada en la Plaza de Jesús Nazareno, en donde también se ubica el Monasterio.
Deseamos que esta primera experiencia de misión, cunda en el corazón de José Luis y su Sí, sea una respuesta, en el camino de su encuentro con Dios.