Es tiempo de ir al desierto, voluntariamente con Cristo.
Eso significa que hemos de adelgazar, sí, también físicamente, claro. ¿O se puede ir al desierto para ayunar y no perder kilos? ¿Cuántos millones de seres humanos padecen hambre involuntaria? ¿Cuántas millones de personas han visto como esta pandemia los devolvía a una situación “superada”?
Estamos en la semana que queremos adelgazar, también físicamente, por unirnos a Cristo en el sufrimiento de las millones de personas que siguen muriendo de hambre. Los misioneros y misioneras conocen de primera mano tan dura realidad. Ayuda a los misioneros y misioneras a cambiar esta penosa realidad, BIZUM 00500.
1.300 millones de toneladas de alimentos se tiran a la basura cada año. (7,7 millones de toneladas tiramos los españoles). «El hambre es criminal, la alimentación es un derecho inalienable». 189 de la encíclica Fratelli Tutti. «Y con el dinero que se usa en armas y otros gastos militares, constituyamos un Fondo mundial[245], para acabar de una vez con el hambre y para el desarrollo de los países más pobres, de tal modo que sus habitantes no acudan a soluciones violentas o engañosas ni necesiten abandonar sus países para buscar una vida más digna.» 262 de la encíclica Fratelli Tutti.
También hemos de perder nuestro orgullo, nuestras palabras hirientes; hacia uno mismo y hacia los demás, la ira, la violencia, la falta de autoestima, el avasallar, el no escuchar, el siempre querer tener la razón; aunque la disimule con buenas palabras, el no ceder, el querer lavarme por fuera mientras sigo con todos mis errores dentro, el construir muros y levantar barreras, el miedo al otro… Cuántas cosas hemos de perder para sembrar y ganar el Reino de Dios. Estamos iniciando el camino para adentrarnos en el desierto. Usemos adecuadamente los instrumentos de combate y fortaleza: el ayuno, la oración y la limosna. Y, ojalá, el Señor nos conceda salir airosos de esta batalla, mas delgados, y salir cargados de la valentía creativa para anunciar su Victoria.
3 comentarios
Muchas gracias por esta profunda reflexión.
Y cierto que el modo de estar con El es la «confianza», y paso a paso con El, hará posible no solo el desprendimiento material, sino especialmente el dejarnos transformar.
El hambre es muy duro bien lo sabe quien lo pase no puede haber nadie que lo pase el pasado es el pasado estamos en 2021 no deberia de pasar gracias
Seguimos intentando adelgazar.
Hoy, con un corazón quebrantado y humillado que el Señor no desprecia.
Vivamos la eucaristía y cuanto llevamos a cabo en la oración, como encuentros con Cristo, que llenan de sentido nuestra vacía vida. No vivamos en la insustancial actitud de sumar puntos en el Cielo por nuestro cumplimiento de las normas.
Busquemos a Cristo en todo lo que hagamos, Él saldrá a nuestro encuentro. “Grité al Señor en mi angustia, y Él me respondió; desde el vientre del abismo pedí auxilio, y escuchaste mi voz” (Jon 2,2). Dios ha querido que el hombre siga siempre fiel en su alabanza y acción de gracias por la salvación obtenida.»