¿Testigos, testimonios o Mártires?
Podríamos cuestionarnos tantas cosas, verdad, de cada una de las muertes de los misioneros, testigos de lo que pasa con los pueblos que conviven, dando testimonio del Amor. Y mueren siendo mártires al entregarse, sin dudarlo, por Cristo.
En tantas y tantas zonas de nuestros misioneros, la pobreza abarca mas allá de sus miradas. La esperanza parece ausente, la población se agarra a cualquier cosa para salir de ella, para combatirla. Sí, un auténtico combate que hace adherirse a movimientos extremos y a acometer auténticas atrocidades.
Pero el misionero sigue su siembra en favor de la paz, de la construcción de una sociedad justa, de la obtención de los fondos necesarios para proporcionar techo, salud, comida, agua…
La pobreza lleva a muchos a unirse a la extrema pobreza, de la misma forma que la gota de vida del misionero unido a Cristo, hace unirse a la paz y el bien.
Durante el año 2018 fueron asesinados 40 sacerdotes, religiosos y laicos en el mundo, según Agencia Fides. África, con 19 sacerdotes, 1 seminarista y 1 laica, es el continente donde se han registrado más muertes violentas, seguido de América, con 12 sacerdotes y 3 laicos.
