Únete a la oración por los misioneros diocesanos y las intenciones del papa Francisco.
Iniciamos el mes de Septiembre con la oración por los misioneros diocesanos.
Rezaremos Vísperas en el Monasterio del Corpus Christi y San José (Cádiz), junto a las Hermanas Carmelitas Descalzas, por los misioneros.
A las siete de la tarde, de hoy, 1 de septiembre, dará comienzo la oración.
Hoy, también celebramos por primera vez la Jornada Mundial de Oración por el cuidado de la Creación.
OMPRESS-ROMA (1-09-15) El Papa Francisco, en la estela de su reciente encíclica Laudato si’, ha propuesto que el 1 de septiembre se celebre la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación. Con este día, la Iglesia católica se suma a la sugerencia hecha por el Metropolita ortodoxo Ioannis de Pérgamo, que intervino en la presentación de la encíclica.
En una carta enviada a los cardenales Peter Turkson, Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, y Kurt Koch, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el Papa Francisco afirmaba que había “decidido instituir también en la Iglesia Católica la «Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación», que, a partir del año en curso, será celebrada el 1 de septiembre, tal como acontece desde hace tiempo en la Iglesia Ortodoxa”.
Y añadía: “Como cristianos, queremos ofrecer nuestra contribución para superar la crisis ecológica que está viviendo la humanidad. Para ello debemos ante todo extraer de nuestro rico patrimonio espiritual las motivaciones que alimentan la pasión por el cuidado de la creación, recordando siempre que, para los creyentes en Jesucristo, Verbo de Dios hecho hombre por nosotros, «la espiritualidad no está desconectada del propio cuerpo, ni de la naturaleza o de las realidades de este mundo, sino que vive con ellas y en ellas, en comunión con todo lo que nos rodea». La crisis ecológica nos llama por tanto a una profunda conversión espiritual: los cristianos están llamados a una «conversión ecológica, que implica dejar brotar todas las consecuencias de su encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo que los rodea». De hecho, «vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana».
“Vivimos en un tiempo en el que todos los cristianos afrontamos idénticos e importantes desafíos, y a los que debemos dar respuestas comunes, si queremos ser más creíbles y eficaces. Por esto, espero que esta Jornada pueda contar con la participación de otras Iglesias y Comunidades eclesiales y se pueda celebrar en sintonía con las iniciativas que el Consejo Ecuménico de las Iglesias promueve sobre este tema”.
Esta tarde en Roma tendrá lugar una Liturgia de la Palabra presidida por el mismo Papa Francisco.
El Papa Francisco también nos deja sus intenciones para el presente mes:
OMPRESS-ROMA (1-09-15) Para que toda la vida de los catequistas sea un testimonio coherente de la fe que anuncian, es la intención misionera o por la evangelización que propone el Papa Francisco para este mes de septiembre.
El Papa Francisco, en su primer año como sucesor de Pedro, se dirigía, en septiembre de 2013, a los participantes en el Congreso Internacional sobre la Catequesis. Su intervención, espontánea, recoge mucho de lo que han sido y son las líneas directrices de sus tres años como Papa:
“Catequista es una vocación: ‘ser catequista’, ésta es la vocación, no trabajar como catequista. ¡Cuidado!, no he dicho «hacer» de catequista, sino «serlo», porque incluye la vida. Se guía al encuentro con Jesús con las palabras y con la vida, con el testimonio. Recuerden lo que nos dijo Benedicto XVI: ‘La Iglesia no crece por proselitismo. Crece por atracción’. Y lo que atrae es el testimonio. Ser catequista significa dar testimonio de la fe; ser coherente en la propia vida. Y esto no es fácil. ¡No es fácil! Ayudamos, guiamos al encuentro con Jesús con las palabras y con la vida, con el testimonio. Me gusta recordar lo que San Francisco de Asís decía a sus frailes: ‘Predicad siempre el Evangelio y, si fuese necesario, también con las palabras’. Las palabras vienen… pero antes el testimonio: que la gente vea en vuestra vida el Evangelio, que pueda leer el Evangelio. Y «ser» catequistas requiere amor, amor cada vez más intenso a Cristo, amor a su pueblo santo. Y este amor no se compra en las tiendas, no se compra tampoco aquí en Roma. ¡Este amor viene de Cristo! ¡Es un regalo de Cristo! ¡Es un regalo de Cristo! Y si viene de Cristo, sale de Cristo y nosotros tenemos que caminar desde Cristo, desde este amor que Él nos da”.