Misioneros mártires de la fe y de la caridad
¡Vayamos adelante con esperanza! Los numerosos misioneros mártires de la fe y de la caridad nos indican que la victoria está sólo en el amor y en una vida entregada por el Señor y por el prójimo, comenzando por los pobres”.
No podemos dejar de mencionar a los que han muerto no a manos de un criminal sino asesinados por el virus Ébola, que se está cobrando miles de víctimas en África occidental, donde las estructuras católicas, y no sólo las sanitarias, se han movilizado desde el primer brote de la epidemia. La familia religiosa de los Fatebenefratelli (Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios) ha perdido en Liberia y Sierra Leona cuatro hermanos, una hermana y trece empleados de los hospitales en Monrovia y Lunsar, al haber contraído el virus en su generoso compromiso de cuidar a los enfermos. “Nuestros hermanos han dado su vida por los demás, como Cristo, hasta el punto de morir infectados por esta epidemia”, escribieron Fray Jesús Etayo, Prior General. Una suerte similar a la que corrieron las seis religiosas misioneras italianas de las Hermanas Poverelle de Bergamo, que murieron en el Congo en 1995 por haber contraído el virus Ebola al no dejar a la población sin atención sanitaria. Para ellas, en 2013 se abrió el proceso de beatificación.
Como sucede desde hace algún tiempo, la lista de Fides no trata sólo de los misioneros ad gentes en sentido estricto, sino de todos los agentes pastorales asesinados de forma violenta. No se utiliza el término “mártires”, si no en su sentido etimológico de “testigos” para no entrar en el juicio que la Iglesia podrá dar a algunos de ellos, y también por las pocas noticias que se consigue recoger sobre su vida y las circunstancias de la muerte.
Ninguno de ellos ha realizado acciones atroces o gestos increíbles, pero han vivido con perseverancia y humildad su compromiso diario de dar testimonio de Cristo y de su Evangelio en este tipo de situaciones. Algunos fueron asesinados por las mismas personas a las que ayudaban, otros abrieron la puerta a quienes pedían ayuda y fueron atacados, otros fueron asesinados durante un robo, para otros el motivo de los asaltos y secuestros que terminaron trágicamente no esta claro, y tal vez nunca se sepa las verdaderas causas.
“Que su heroica fidelidad a Cristo pueda ser estímulo y ejemplo para los misioneros y especialmente los catequistas que en las tierras de misión desempeñan una labor apostólica valiosa e irreemplazable”, ha dicho el Papa Francisco.
A las listas provisionales elaborados anualmente por la Agencia Fides, de hecho, siempre hay que añadir la larga lista de muchos, de los cuales tal vez nunca se tendrá noticia o de quienes no se sabe el nombre, que en todos los rincones del planeta sufren y pagan con la vida su fe en Jesucristo. (SL)