Nos acercamos a Pentecostés de la mano de nuestro querido beato Juan Pablo II:
“Nuestra época, con la humanidad en movimiento y búsqueda, exige un nuevo impulso en la actividad misionera de la Iglesia. Los horizontes y las posibilidades de la misión se ensanchan, y nosotros los cristianos estamos llamados a la valentía apostólica, basada en la confianza en el Espíritu.
¡Él es el protagonista de la misión!” (Redemptoris missio, 30).