El Papa en la cumbre de la FAO en contra del deroche cuando el hambre sigue aumentando
OMPRESS-ROMA (17-11-09) “El hambre es el signo más cruel y concreto de la pobreza. No es posible continuar aceptando la opulencia y el derroche, cuando el drama del hambre adquiere cada vez mayores dimensiones”. El Santo Padre ha visitado la sede romana de la FAO, la Organización de las Naciones Unidas dedicada a la alimentación y a la agricultura, con ocasión de la apertura de la Cumbre mundial sobre la seguridad alimentaria que concluirá mañana miércoles, 18 de noviembre.
El Pontífice ha asegurado la continua atención de la Iglesia Católica a los esfuerzos para vencer el hambre y su compromiso por sostener, con la palabra y las obras, la acción solidaria que la Comunidad internacional está llamada a emprender. De hecho son más de mil millones los hambrientos en el mundo, y se teme que en el 2050 lleguen a ser nueve mil millones. En la cumbre de la FAO se pide una mayor participación de la comunidad internacional para alcanzar una rápida y total eliminación del hambre en el mundo.
Acogiendo la invitación del director general de la FAO, Jacques Diouf, a tomar la palabra en la sesión inaugural de esta Cumbre Mundial sobre Seguridad Alimentaria, Benedicto XVI ha pronunciado un denso discurso, renovando como hicieron sus venerados predecesores Pablo VI y Juan Pablo II, su “estima por la labor de la FAO, a la que la Iglesia Católica y la Santa Sede prestan atención e interés por el servicio cotidiano que desempeñan todos los que trabajan en ella”.
“La Iglesia Católica estará atenta siempre a los esfuerzos para vencer el hambre; trabajará por sostener, con la palabra y con las obras, la acción solidaria -programada, responsable y regulada- que los distintos componentes de la Comunidad internacional estén llamados a emprender. La Iglesia no pretende interferir en las acciones políticas; ella, respetuosa del saber y de los resultados de las ciencias, así como de las decisiones determinadas por la razón cuando son responsablemente iluminadas por valores auténticamente humanos, se une al esfuerzo por eliminar el hambre. Es este el signo más inmediato y concreto de la solidaridad animada por la caridad, signo que no deja margen a retrasos y compromisos. Dicha solidaridad se confía a la técnica, a las leyes y a las instituciones para salir al encuentro de las aspiraciones de las personas, comunidades y pueblos enteros, pero no debe excluir la dimensión religiosa, con su poderosa fuerza espiritual y de promoción de la persona humana. Reconocer el valor transcendente de cada hombre y mujer es el primer paso para favorecer la conversión del corazón que pueda sostener el esfuerzo para erradicar la miseria, el hambre y la pobreza en todas sus formas”, dijo el Papa.
NOTICIA DE OMPress
Nota: texto completo del Santo Padre ante la FAO: TEXTO